La Cooperativa Alé Alé fue conformada en 2013 por cuarenta trabajadores para mantener la continuidad de la fuente de trabajo. Ofrece servicio de parrilla-restaurante con especialidad en asado y pastas; incluye también la parrillada de vegetales. El servicio se complementa con el acceso libre a la mesa de ensaladas.
El proceso de concentración del mercado gastronómico a partir del surgimiento de nuevos grupos inversores que controlaron progresivamente restaurantes, bares y confiterías se fue consolidando desde inicios de 2008 a partir de un modelo de negocios que operó varios locales y unificó servicios de compras, contabilidad y recursos humanos. Entre los diferentes grupos que tuvieron un desarrollo significativo, la Organización Jorge Andino (OJA) controlaba Los Chanchitos, Don Battaglia, Soleada, Alé Alé, La Zaranda y Mangiata. Los serios problemas económicos del grupo se manifestaron a inicios del año 2012, cuando los trabajadores de La Zaranda, ubicado en el barrio de Villa Urquiza, se encontraron con el local cerrado, sin previo aviso por parte de la patronal. Aunque parte de los empleados fueron reubicados en los otros locales, el panorama laboral resultó inestable para los trabajadores de los otros restaurantes de la cadena. El conflicto comenzó a profundizarse meses después con el intento de cierre de Alé Alé; luego, del resto, lo que puso en riesgo el trabajo de más de doscientos trabajadores y la presentación en quiebra del grupo OJA.
Desde inicios de 2013, los cuarenta trabajadores de Alé Alé ocuparon el local y defendieron sus puestos de trabajo. Frenaron cuatro intentos de desalojo e impulsaron a otros locales a sumarse a una experiencia similar. Decidieron conformarse como cooperativa de trabajo y en marzo de ese mismo año recibieron la matrícula del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) que los autorizaba para funcionar bajo esa forma.
A través de la asistencia económica del INAES, los asociados recibieron un millón de pesos para refaccionar el inmueble y concretar los primeros pagos de un alquiler que se extenderá diez años.
Alé Alé fue el ejemplo para que el resto de los restaurantes del grupo se fueran sumando a la experiencia de autogestión. Los trabajadores destacan el apoyo de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores (FACTA), que los ayudó a conformar una nueva organización para mantener abierto el local. Cada uno de los trabajadores mantuvo la actividad que desarrollaba antes. Las obligaciones administrativas, por su parte, se dividieron en comisiones de gestión propia de la nueva organización.
Fuentes con las que se redactó el caso
- María Eugenia Díaz. (2013). “Informe de coyuntura Restaurant Don Battaglia”, en OSERA, núm. 8. Ciudad de Buenos Aires: Instituto de Investigaciones Gino Germani, FCSO, UBA. Consultado el 20 de julio de 2016 en http://webiigg.sociales.uba.ar/empresasrecuperadas/PDF/PDF_08/Informe_de_Coyuntura.pdf
- Romina Sánchez (2014). “Alé Alé, el regreso”, en revista Noticias Urbanas. ´Consultado el 22 de febrero de 2016 en http://www.noticiasurbanas.com.ar/noticias/ale-ale-el-regreso
- Valeria Musse (2014, septiembre 22). “El restaurante Alé Alé se mudó de su antiguo y conflictivo lugar”, en La Nación. Consultado el 22 de febrero de 2016 en http://www.lanacion.com.ar/1729407-el-restaurante-ale-ale-se-mudo-de-su-antiguo-y-conflictivo-lugar